martes, 3 de junio de 2014

ACEBO

El acebo es un pequeño árbol de crecimiento lento que puede alcanzar los diez metros de altura. Tiene un porte piramidal y tronco recto, liso y de color gris verdoso. Sus hojas son perennes, de color verde oscuro (aunque existen variedades variegadas), coriáceas y rígidas. Además, el borde de la hoja del acebo es espinoso. Se caracteriza por su fruto de color rojo intenso, el cuál es tóxico y nunca debe ingerirse. Además, el falso muérdago es un símbolo de la navidad y se le han atribuido siempre propiedades mágicas. 


FICHA DE LA PLANTA


Ubicación: Exterior
Luz: semi-sombra
Temperatura: Tolera bien el frío
Riego: requiere una cantidad de agua alta
Abono: abono rico en nitrógeno y acolchado en invierno.


Como cultivarla:
Aunque se desarrolla bien en cualquier tipo de suelo, los prefiere ácidos y bien drenados. Lo abonaremos con un fertilizante rico en nitrógeno y lo acolcharemos en invierno. El cultivo del acebo se realiza en semi-sombra, además le encanta la humedad por lo que en verano necesitará de riegos abundantes, reduciéndolos en invierno.

Aunque no le sientan bien los trasplantes, tolera muy bien la poda. Se multiplica por esquejes semileñosos desde finales de verano a principios de invierno o por semillas en primavera. Normalmente se cultiva como ejemplar aislado y puede ser atacado por el pulgón y los minadores de hojas.

Consejos:
Los frutos del acebo no se deben coger puesto que es una especie protegida debido al abuso de este árbol durante años como adorno navideño.

En cuanto a su reproducción, debemos tener en cuenta que es de difícil reproducción por esquejes, esto sólo se puede conseguir en viveros. Por ello, en este trabajo de Jardinería os mostramos la manera en que podréis reproducirlo en vuestro hogar.



Paso 1
Si queremos reproducirlos en casa tendremos que seleccionar unas bayas, que son los frutos del acebo, en cuyo interior encontraremos las semillas. Cogemos las bayas, sin sacar las semillas, y las introducimos en un tarro con arena de sílice o de río. La arena se encargará de que las semillas no se sequen completamente.





Paso 2
Introducimos el tarro en el frigorífico durante un par de meses para proporcionar a las semillas el frío necesario que las haga germinar después correctamente.


Paso 3
Pasado este tiempo podremos realizar un semillero sencillo. Utilizaremos tierra de semilleros, un sustrato que ya lleva incorporada arena y facilitará que las semillas germinen. Echamos sustrato en una maceta y añadimos las semillas con la arena directamente del tarro.




Paso 4
Presionamos ligeramente y dejamos el tiesto en el exterior. Transcurrido un tiempo, cuando empiecen brotar los acebos, los iremos mimando para que se desarrollen. Al ser una reproducción mediante semillas no podremos determinar el género del arbustos resultantes.



Paso 5
Una vez tengan un tamaño adecuado, sacamos las plantas del semillero, una a una, y las trasplantamos a un tiesto mayor.






Paso 6 
Las dejaremos un año más en el contenedor transcurrido el cual podremos plantarlas en el jardín, sobre todo en zonas expuestas, donde les azote el frío. El acebo lo agradecerá



INFORMACIÓN OBTENIDA DE AQUI

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